Con la sanación se quiere consagrar el orden natural en un cuerpo que, víctima de severos trastornos, se resiste. Se promete con ella la restitución de la normalidad, se aplican para ello remedios atenuantes o cirugía radical, y a partir de ahí todo viene a quedar fiado al supremo poder, a la inestimable fuerza curativa de la ilusión.
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