Como instrumento el violín alcanza probablemente su apogeo en el siglo XVIII italiano y Corelli es uno de sus más influyentes valedores. Quizá sea digno resaltar que Corelli sólo escribió música instrumental y que, si no fue el inventor del concerto grosso, compuso sin duda alguno de los más memorables. Impuso en ellos un estilo que creó escuela. Entre sus alumnos se cuentan algunos compositores, como Locatelli, Geminiani o Gasparini, que dieron significativo brillo a este instrumento. Por lo que se refiere a los conciertos, el más famoso de los 12 que componen su Opus 6 sería el que se indica fatto per la notte di natale. La idea de una Navidad estridente y bulliciosa no va desde luego con este concierto, que si por algo se distingue es por su elegancia y serenidad. No falta en los movimientos allegro el diálogo vivaz y colorido entre los dos violines, secundados en todo momento por un violoncello profundo e inspirador. Por reunir las virtudes principales del concierto he escogido el tercer movimiento, que alterna los adagio inicial y final con un breve allegro intermedio. La música no se acaba ahogando en la melancolía sino que fondea en el ánimo dejando un poso de equilibrio. Las figuras instrumentales del concertino componen en su conjunto un edificio sonoro de enorme atractivo en el que uno pronto se acomoda para disfrutar de sosiego. La interpretación de Enrico Onofri es impecable: vibrante en sus arpegios e intensa cuando la gravedad lo exige. El conjunto que le acompaña hace valer su calidad, resultando cautivadora, gracias a su interpretación, la escucha de esta obra.
Concerto grosso, Op. 6 nº8, Fatto per la notte di natale, Arcangelo Corelli
Imaginarium Ensemble, dir. Enrico Onofri.
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