La sensación nos dice que avanzamos, pero no dice hacia dónde. La sensación nos acompaña más allá, pero nos obliga a ir solos. La sensación nos sorprende extraviados, pero no nos señala destinos. La sensación crece mientras despertamos, pero disuelve los horizontes. La sensación nos sirve de tónico, pero nos hace demasiado absorbentes. La sensación rehúye los finales, pero por el camino nos posee.
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