—¿Por qué no pruebas con el amor? Dicen que al final funciona, que sirve para relajarse y te deja como nuevo.
—No me van esas chorradas. Son para blandengues, para gente que no sabe imponerse. ¿Qué hago yo con que me quieran? Si no se rinden, no me sirve de nada.
—Pero es que se te ve tenso hasta cuando te sonríen. ¿Tienes que estar atento y al acecho frente a quienes sólo te vienen a saludar?
—Pues claro. ¿Es que hay otra manera de enfrentarse a los demás? ¿Tú te los comerías a besitos a las primeras de cambio?
—Tampoco es eso. Me pasa que casi siempre encuentro en la otra persona algo nuevo, algo que me falta y que me atrae. Y ahí empieza todo.
—Mira, si a mí una moza, por ejemplo, me pone por delante algo que me falta y que me gusta, pues voy y echo ahí mano. Mejor si quiere que si no. Si a cambio dejo huella, ¿no será eso una prueba de amor?
—No me van esas chorradas. Son para blandengues, para gente que no sabe imponerse. ¿Qué hago yo con que me quieran? Si no se rinden, no me sirve de nada.
—Pero es que se te ve tenso hasta cuando te sonríen. ¿Tienes que estar atento y al acecho frente a quienes sólo te vienen a saludar?
—Pues claro. ¿Es que hay otra manera de enfrentarse a los demás? ¿Tú te los comerías a besitos a las primeras de cambio?
—Tampoco es eso. Me pasa que casi siempre encuentro en la otra persona algo nuevo, algo que me falta y que me atrae. Y ahí empieza todo.
—Mira, si a mí una moza, por ejemplo, me pone por delante algo que me falta y que me gusta, pues voy y echo ahí mano. Mejor si quiere que si no. Si a cambio dejo huella, ¿no será eso una prueba de amor?
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