No siempre me creas, ponme en duda. Quizá dije lo dije para que me creyeras, pero eso no significa que fuera yo quien lo creyera. El que te habla no es necesariamente el que se lo cree. Son dos. Así funciona la persuasión. Nunca acabarás de saber bien del todo lo que creo, sólo sabrás lo que quiero que creas. Así que no pretendas creer lo mismo que yo creo, porque nunca sabrás qué es. Con todo créeme ahora cuando te digo: marca tu distancia, despeja tus propias dudas y cree lo que tu quieras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario