jueves, 15 de julio de 2021

Quizá

Quizá no es ya tanto, o exclusivamente, un adverbio de duda, sino que tras dicha palabra lo que más bien se adivina es algo que, de algún modo, viene a ser lo más parecido a una falsa afirmación, la cual, puestos a decir, sólo puede ser calificada de oblicua. La frase que hacemos encabezar con quizá seguirá siendo asertiva, pero lo que con ese adverbio se nos propone desde el comienzo es una vía de escape, en principio de la rigidez verbal. No obstante, aún se sigue advirtiendo claramente la duda y se hace notar también un declarado temor a concluir en falso, a dejar por error todo el discurso en entredicho. Pero, si bien dicha palabra denota un temor a desvariar, eso no quita para que en muchas ocasiones lo que probable y simultáneamente se esté buscando, al decir quizá, es un modo urgente de relativizar, de rebajar el tono concluyente  y quizá, por qué no, de insinuar. En vez de un recurso evasivo, ese quizá podría ser, pues, una señal con la que se nos invita a desvelar el secreto que encierra la frase, lo que no se puede o no se quiere expresar abiertamente. Quizá haya mucho más que una simple duda tras el discreto quizá.

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