Lo decisivo cansa, lo divertido entona y lo novedoso sorprende. Pero no es ése el orden frecuente. Porque cuando algo nuevo nos sorprende un día y vemos que nos entona, al siguiente día decidimos conocerlo más a fondo; y así seguimos, divertidos día tras día, hasta que, de tanto conocerlo y decidir, perdemos el tono y despertamos derrotados. En realidad, este otro orden es mucho más común y por eso siempre que empezamos maravillados, si además tenemos que decidir, acabamos desahuciados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario