La oscuridad, como metáfora, parece sumirnos en lo incierto y acaba siempre asociada al mal. Sabemos, por otro lado, que el mal representa el polo negativo en el campo moral. Quien habla en términos de luz y oscuridad no creo que pretenda elevar el tono poético, diría más bien que busca eludir una discusión de trasfondo moral. De este modo retrocede al conflicto propiamente físico, a la oposición mítica que está en el origen de todas las leyes morales. Lo que sorprende ver es que ese recurso metafórico goza de actualidad y se presenta con frecuencia en los medios, particularmente en los audiovisuales, donde adquiere, a través de las imágenes, una significación más clara que en los textos. No hay que irse a El señor de los anillos (novela y película) para confirmar todo esto, lo podemos comprobar en el género negro, cuyas escenas más turbias, tantas veces protagonizadas por psicópatas de mente indescifrable, muestran cómo siempre hay un universo oscuro que sobrevive oculto frente a la arrogancia de la luz.
A tenor de esto, la pregunta que cabe hacerse es la que escuchaba ayer en una serie televisiva danesa, The Investigation. Se parte ahí del hallazgo de un submarino hundido y de la desaparición de una periodista que fue invitada por su constructor, poco antes del hundimiento, a navegar en él. Todo gira en torno a las enormes dificultades para demostrar que hubo un crimen. Después de muchos avatares, justo antes de formular la acusación de asesinato ante la prensa, el investigador hace notar al fiscal instructor la paradoja de que, pese a que de año en año los crímenes en Dinamarca disminuyen, atraen cada vez más al público. Éste responde a esa paradoja dándole un giro sentenciero: «cuanto más civilizados somos más necesitamos mirar a la oscuridad». Esta aparición de la oscuridad como territorio en que anidan pulsiones criminales y devoradoras va más allá de la metáfora, es el velo tras el que se oculta un mundo muy real, que imaginamos invertido en negativo, pero que sirve de imprescindible contraste para que podamos hablar del nuestro como de un mundo normal. La serie acaba con una exhortación de la madre de la asesinada a un grupo de jóvenes en un tono ya inequívocamente moral: «Apartaos de la oscuridad, buscad la luz».
No hay comentarios:
Publicar un comentario