Un columnista que ha nomadeado por todos los partidos políticos se despacha hoy con una columna —supongo que para reclamar unos afectos que nunca consiguió como parlamentario— a la que pone por título Gobierna el mal. Sea cual sea el contenido, me parece demasiado burdo ese afán de entrarle al público por la vía maniquea sin otro fin que ganarse algún devoto más. Así que me gustaría redondear el título de su columna, y a tal efecto propongo este otro: Gobierna el mal, stultus dixit. Hace muy feo eso de ir de listo y vociferar burradas subido a una tribuna.
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